El empeño en proteger la capa de ozono de la Tierra fue la primera oportunidad en que la humanidad aunó esfuerzos para hacer frente a una grave amenaza ambiental en todo el mundo. Esas acciones, a la larga, probablemente hayan salvado millones de vidas, no solo gracias a la reducción de los peligrosos rayos ultravioleta causados por la pérdida de espesor de la capa de ozono, sino también gracias al enorme impacto positivo en el cambio climático como resultado de la eliminación de sustancias que agotan el ozono de alto PCA. Cabría esperar que el éxito del Protocolo de Montreal y su Fondo Multilateral se repita con otros convenios para bien de las futuras generaciones. En un artículo de The Economist de septiembre de 2014 se mencionaba que durante el período 1989-2013, el Protocolo de Montreal había reducidos tantas emisiones de CO2 equivalente como las otras 11 medidas normativas de carácter mundial juntas a una fracción del costo. Nos enorgullece saber que el PNUD ha prestado asistencia a 120 países que ha eliminado 67.870 toneladas de SAO y al mismo tiempo han reducido la emisiones de gases de efecto invernadero en 5,080 millones de toneladas de CO2 - equivalente. También hemos comenzado a preparar a los países asociados para sus metas de reducción de los HCFC en un 35% que se han de lograr para 2020.